El llamado de las rutas
lunes, 17 de agosto de 2015
domingo, 28 de julio de 2013
VIAJE A MISIONES
El
destino en este caso fue Puerto Iguazú, provincia de Misiones. La idea del
viaje era conocer las Cataratas y, de paso, las rutas del Litoral.
Preparativos del viaje
Arranqué el viernes 19 de julio temprano, a eso de las 7:30. Fue el día más frío del año en CABA: 2 grados bajo cero. Las bajas temperaturas del comienzo fueron un presagio de lo que sería todo el viaje.
Itinerario del día
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Perro gualeguayo
Adviértase la protección del Gauchito Gil
Perros goyenses
Parada para comer en la ruta
Un imprevisto me obligó a quedarme dos días en Posadas: cuando fui a estirar la cadena de la moto vi que no tenía más registros. Iba a tener que comprar otra y hacerla cambiar. Llegué el sábado a la tarde a la capital de Misiones. Lamentablemente, después de andar cerca de dos horas por todos lados, no encontré donde parar más que en un hotel. Esa no era la idea del viaje, ya que –además de una cuestión económica básica– andaba con ganas de carpa y bolsa de dormir.
Recién pude levantar del lugar el lunes al mediodía, después de comprar una cadena y lograr que me la cambiaran. El destino fue Iguazú.
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Ahí conocí a Frank, un alemán que anda recorriendo Sudamérica en moto desde diciembre del año pasado. Juntos fuimos a Cataratas y, por las noches, compartimos bebidas. Él tomaba Termidor...
Cataratas
La presencia del metal criollo en todos los viajes
Frank cometiendo un ilegalismo
En una YPF. Frank descargaba películas y las miraba a la noche en su carpa
Itinerario del día
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Perro gualeguayo
El
primer destino fue la ciudad de Goya con el único objetivo de dormir y seguir
subiendo al día siguiente. Esa noche paré en el Camping Municipal,
que es gratis pero que no ofrece mucho. Queda pegado a la ruta, bajo un puente,
y de noche resulta medio lúgubre. Para el caso vino bien. Me crucé solamente con una
pareja que fue a darles de comer a unos perros. Los dos fueron muy buena onda: le mandaron un mensaje a Flor (mi pareja) para que supiera que había llegado bien. Creo que todos saben que no uso celular...
A la madrugada me despertó un reggaeton que salía de un auto: unos adolescentes habían elegido el lugar para ir a tomar Fernet...
A la madrugada me despertó un reggaeton que salía de un auto: unos adolescentes habían elegido el lugar para ir a tomar Fernet...
Adviértase la protección del Gauchito Gil
Perros goyenses
Al
día siguiente tomé por las rutas que van bordeando los Esteros del Iberá.
Los
paisajes son muy lindos, pero saqué pocas fotos en viaje: no daban ganas de
sacarme los guantes y andar con la cámara...
Un imprevisto me obligó a quedarme dos días en Posadas: cuando fui a estirar la cadena de la moto vi que no tenía más registros. Iba a tener que comprar otra y hacerla cambiar. Llegué el sábado a la tarde a la capital de Misiones. Lamentablemente, después de andar cerca de dos horas por todos lados, no encontré donde parar más que en un hotel. Esa no era la idea del viaje, ya que –además de una cuestión económica básica– andaba con ganas de carpa y bolsa de dormir.
Recién pude levantar del lugar el lunes al mediodía, después de comprar una cadena y lograr que me la cambiaran. El destino fue Iguazú.
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En
viaje a Iguazú me hicieron una nota para un canal de televisión de Misiones. Ni
bien consiga el link del programa lo cuelgo.
A
la tarde del lunes llegué por fin a Iguazú. Me hospedé en el camping El eterno reverdecer el cual, como dice
su dueño, no es para todo el mundo; pero sí, agrego yo, para mí.
Ahí conocí a Frank, un alemán que anda recorriendo Sudamérica en moto desde diciembre del año pasado. Juntos fuimos a Cataratas y, por las noches, compartimos bebidas. Él tomaba Termidor...
Cataratas
La presencia del metal criollo en todos los viajes
Frank cometiendo un ilegalismo
Él viajaba
en una Yamaha Teneré 650.
En una YPF. Frank descargaba películas y las miraba a la noche en su carpa
Ya
pegando la vuelta, el miércoles por la tarde, saqué unas fotos en la ruta.
Fueron las únicas en este viaje.
La
noche la pasé en Oberá, donde hay un camping Municipal que se llama Salto
Berrondo. Allí conocí a una pareja que está haciendo el Litoral vendiendo
gorritos de lana...
La
helada que cayó esa noche fue terrible.
La
última noche del viaje la pasé en el fondo de una YPF, en el cruce la de la
Ruta 14 con la 119 y 127. No daba más de cansancio.
Al
día siguiente un poli me despertó a las 5 de la mañana. Después de desayunar
arranqué viaje. Eran las 6:30 de la mañana. El frío fue insoportable. El último
tramo del viaje lo hice con una sola parada a una velocidad de 110 km/h: venía
con viento a favor.
¡Hasta
el próximo viaje!
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